
¿Por qué me doy atracones? Un test revelador.
Una de las preguntas que más recibo en las terapias o en las citas de diagnóstico que comparto con mis clientes es esta: ‘¿Por qué me doy atracones?’
Y mi respuesta siempre es la misma: porque sigues repitiendo un patrón de pensamientos-emociones-comportamientos que mantienen ese problema y tu mala relación con la comida.
Evidentemente, cada persona es distinta y por eso es tan importante pedir ayuda y trabajar todo para reprogramarlo, pero quiero darte una pista más.
¡Unirte a un grupo de coaching o iniciar una terapia no te ayudarán si no te conoces ya la base de todo!
Si sientes que tu relación con la comida no es sana, te propongo que hagamos un test. Es rápido y muy eficiente.
Es un test con forma de pirámide.
Si sigues con atracones, con ingesta compulsiva o con momentos de ‘pérdida de control’ con la comida (o que consideras que comes en exceso con regularidad) y la pregunta ‘¿Por qué me doy atracones’ ronda en tu mente…
Te pediré simplemente que visualices esa pirámide, para entender que tus ingestas compulsivas son un resultado absolutamente normal.
(Y no: olvídate. No es un problema de fuerza de voluntad, ni una adicción a la comida, ni una enfermedad)
Imagínate una pirámide. Esa pirámide es tu relación con la comida.
En la parte inferior del todo, tienes:
1) EL DESCANSO. DORMIR.
Sí, {first_name}. El descanso es la base de todo, y puede ser la respuesta a tu pregunta ‘¿Por qué me doy atracones?’
Si te acuestas a las doce de la noche y madrugas al día siguiente, claramente… Te faltan horas de sueño. Te falta energía. Claramente.
Falta de energía = tu cerebro te obliga a pensar en comida para recargar sus pilas y rellenar su tanque de calorías, que no son más que su gasolina.
Necesita gasolina. Y buscará la gasolina más fácil y rápida de conseguir.
Tu cerebro NO se complica la vida:
Si nota que le falta energía (porque no descansa lo suficiente), sabe que la comida es la solución más sencilla para compensar esa carencia energética.
Si te falta sueño, tu pirámide no tiene estabilidad… Se cae por todos lados.
Por eso no es nada sorprendente que comas ‘en exceso’.
Lo que te ocurre es que tienes que descansar.
Intenta ir a dormir pronto y respeta tu ritmo circadiano.
Si ya disfrutas de un sueño suficiente y de un descanso reparador, pasa al piso superior de tu pirámide, que es:
2) LA COMIDA. COMER.
¿Has comido suficiente estos últimos días? ¿Y en la última comida? ¿Has cenado suficiente ayer por la noche?
Puede que la comida sea la respuesta a ese ‘¿Por qué me dou atracones?’
¿Consumes suficientes carbohidratos? ¿Más que suficiente? ¿Suficientes frutas y verduras?
¿Comes suficiente cantidad de comida? ¿Tu comida es contundente?
¿Disfrutas platos saciantes y nutritivos?
¿Ingieres platos que te dejan satisfecho.a y que te sacian por horas?
Si tus respuestas son que NO…
Eso explica porque tu relación con la comida no es sana en estos momentos.
Si tu respuesta es que SÍ, pasaremos al piso superior de tu pirámide:
3)LA AUTORIZACIÓN. PERMITIRTE.
¿Realmente te autorizas comer?
¿O más bien notas que sientes ansiedad o incomodidad después de comer?
¿Tienes una lista de alimentos prohibidos en la cabeza?
Puede que pienses que comes ya de todo y que duermes bastante etc…
Pero si sigues con pensamientos o comportamientos restrictivos, tu cerebro sigue pensando que…
¡SIGUES SIN COMER!
Tu cerebro percibe que te estás privando.
Por mucho que te comas un montón de calorías de golpe, si no percibe que te permites totalmente e incondicionalmente comer, para él es como si siguieras sin hacerlo.
Por lo tanto, comes de manera compulsiva (y hasta sin hambre) para tapar el vacío que deja la mentalidad restrictiva que creas con tus pensamientos.
El tema es que cuanto MÁS te permites, MENOS te prohibes.
Y cuanto menos te prohibes, menos EXCEPCIONAL será para tu cerebro.
Y cuanto menos EXCEPCIONAL, menos atractivo.
Tu cerebro necesita saber que tiene el permiso incondicional de comer lo que sea, las 24 horas del día.
Piensa en cualquier persona que conozcas que tenga una relación normal con la comida. Seguro que esa persona se permite comer de todo, sin prohibiciones.
¡Por eso mismo no lo hace! Porque le da totalmente igual todo!
OK. ¿Sientes que todo lo que te he contado no va contigo? ¿Que duermes, comes, te permites todo, pero que sigues con problemas con la comida?
¿Sigues con la misma pregunta? Tu mente te sigue repitiendo eso de ‘¿Por qué me doy atracones?’
¡Pues vamos a por el último piso de la pirámide!
4)LAS EMOCIONES. SENTIR.
A veces, comemos para saciar el hambre emocional.
Puede ocurrir. Y no pasa nada. Les pasa a todos. Hasta a los que tienen una buena relación con la comida.
Cuando sentimos emociones fuertes, comemos más (o a veces menos).
Una emoción consume MUCHAS calorías y mucha ENERGÍA.
Por eso es totalmente lícito usar los alimentos para poder gestionar algunas emociones fuertes.
El problema, es que el 99% de las personas que sufren problemas con la comida o atracones sienten mucha culpa, vergüenza y rabia después de responderle a su hambre emocional.
Por lo tanto, vuelven a su círculo vicioso de restricción-atracón-culpa… y NO se permiten comer de manera incondicional.
Recuerda: saciar tu hambre emocional está OK. Lo que no lo está es culparte por haberlo hecho.
Ya está. Ya te he dado algunas pequeñas pautas BÁSICAS.
En mi programa Como soy grupal y en mis terapias individuales, ni siquiera tocaremos esto demasiado.
Hablaremos de cosas mucho más profundas, y te daré el paso a paso para liberarte. Siempre.
No dudes en unirte a cualquiera de los dos programas.
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