
¿Cómo poner límites sobre tu cuerpo y la comida?
Uno de los mayores obstáculos que veo en mis clientas cuando deciden mejorar su relación con la comida y con su cuerpo son los comentarios de los demás. Y siempre me viene la misma pregunta: ¿Cómo poner limites sobre los comentarios que hacen otros sobre mi cuerpo y sobre la comida?
Los comentarios sobre la comida y la imagen corporal están en todas partes, porque la verdad es que la cultura de dieta está en todas partes. Y, por mucho que estés preparada para dejar atrás toda esa mentalidad, sigues viviendo en un mundo que igual no lo está. Por eso poner límites en cuanto a tu comida y tu cuerpo o tu silueta es clave para tu sanación.
Sigues estos cuatro pasos para establecer límites sanos y necesarios para ti, que los demás escucharán.
Puede resultar incómodo al principio, pero te prometo que SERÁ más y más fácil, a medida que vayas practicando.
1.Define tus necesidades
¿Qué límites necesitas poner y quién necesitas que los respete? ¿En qué medida esos límites te permitirán satisfacer tus necesidades?
Primero, has de saber qué es eso que necesitas, para poder emitir una demanda específica.
A menudo, cuando no sabemos exactamente lo que necesitamos, fijamos límites que no son claros, y eso es igual de ineficaz que no fijar ninguno.
2. Pon todas las cartas sobre la mesa
Una vez que hayas definido tus límites, comunícaselo al otro. Esta es probablemente la parte más retadora de todo el proceso.
Puede sonarte a enfrentamiento, pero no tiene porqué ser así.
Recuerda que poner tus límites para que otros no emitan comentarios sobre tu cuerpo o tu comida no hace de ti una mala persona, ni una persona maleducada, ni una persona necesitada.
Establecer límites significa cuidar de ti para que los demás dejen de tratarme cómo no quieres ser tratada.
3. Defiende tus ideas
Si es la primera vez que te propones ponerle límites a esta persona, es normal que no te tome demasiado en serio la primera vez.
Y esto aplica aún más si hablamos de una persona que solía llevar el rol dominante en vuestra relación.
Manténte firme, confía en ti, y no recules. Recuerda que establecer límites es necesario.
4. Avisa de las consecuencias
Si, las consecuencias son necesarias. Sin ellas, la persona con la que estás hablando no tendrá razones reales de respetar tus límites.
Así que: ¿Qué pasará si sobrepasan esos límites?
Explícale las consecuencias, para que esa persona sepa el precio a pagar si no accede a respetar los límites impuestos.
Déjalo muy claro para que esa persona sienta la necesidad de respetarlas.
EJEMPLOS PRÁCTICOS DE ESTABLECER LÍMITES:
- Agradezco tu apoyo, pero no estoy buscando consejos ahora mismo.
- No tolero que hagas bromas sobre mi silueta. Si sigues, me iré.
- No estoy de acuerdo con que publiques fotos mías sin pedirme permiso primero.
- Valoro tu opinión, pero tomaré mis propias decisiones.
- Si vuelves a elevar la voz, dejaré de participar en esta conversación
- Si sigues haciendo comentarios sobre mi peso, dejaré de pasar tiempo contigo.
- Entiendo que intentes ayudarme, pero hacer comentarios sobre mi manera de alimentarme no me ayuda para nada.
- Valoro tu preocupación, pero no estoy dispuesta a hablar de esto.
- Puedes no estar de acuerdo conmigo, pero me merezco que me traten con respeto.
Resumiendo:
Siempre habrá comentarios sensibles y adversos, pero puedes adquirir herramientas que te ayuden a gestionarlos de manera sana.
Así que, la próxima vez que alguien te hable de tu silueta o haga un comentario sobre tu forma de alimentarte, prueba a dar estos pasos que acabo de enumerar.
La gente solo te tratará siempre cómo permitas que te traten. Así que si no estás de acuerdo con cómo te están tratando, es hora de establecer algunos límites.
Y recuerda: el apoyo de otros también es muy importante, y sanar tu relación con la comida es muy complicado en solitario.
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¡Y no dudes en pedir una citá de diagnóstico conmigo! Te acompañaré con mucho gusto en tu camino hacia la libertad. 🙂
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